En el norte de Ibiza, surge Casa La Solita, un refugio que abraza el mar con un sueño arquitectónico de hierro, madera y vidrio que se armoniza con el paisaje marino y escarpado, de frondosa vegetación. Este refugio ha sido concebido para una pareja de buzos que anhela un estilo de vida desconectado, rodeada de naturaleza y vistas panorámicas.
Los espacios sociales, desde el salón hasta el comedor y la cocina, se abren al exterior, creando una atmósfera de libertad y sencillez. Los dormitorios son confortables y acogedores, ideales para el descanso después de bucear en el mar. La piscina infinita de blanco tiza se fusiona con el mar, invitando a la frescura y la relajación. La terraza mirador es el escenario perfecto para disfrutar de los atardeceres y las noches estrelladas.
Casa La Solita combina la modernidad y la tradición con un estilo poético y personalizado. Con materiales naturales y detalles cuidados, este refugio refleja el espíritu de buceo y la energía de sus habitantes.